El Papa Francisco recordó durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro la beatificación en Tarragona de 522 españoles "asesinados por su fe durante la Guerra Civil española" y pidió que su "valiente testimonio" y "su intercesión" sirva para liberar al mundo de la violencia. "Imploremos la intercesión de los mártires para ser cristianos concretos, cristianos con obras y no de palabras; para no ser cristianos mediocres, cristianos barnizados de cristianismo pero sin sustancia", dijo el papa argentino.
La oficina de prensa del Vaticano también difundió el texto del mensaje en vídeo que Francisco envió a la ceremonia de beatificación de los 522 españoles y en el que reflexionó sobre lo que significa ser "mártir"."Me uno de corazón a todos los participantes en la celebración, que tiene lugar en Tarragona, en la que un gran número de Pastores, personas consagradas y fieles laicos son proclamados Beatos mártires", comenzó el papa su mensaje.
A la ceremonia en Tarragona, la beatificación más numerosa de la historia de la Iglesia católica, ha asistido el presidente de la Generalitat, Artur Mas, quien justificó su asistencia a la beatificación de los religiosos porque los considera "víctimas inocentes". Según el mandatario catalán, aquellos asesinatos por motivos religiosos han de ser condenados de igual manera que el fusilamiento del expresidente catalán Lluís Companys por razones políticas. Mas añadió que, del mismo modo que se ha condenado de forma enérgica el asesinato de la niña de 14 años por razones de violencia de género, se tiene que reprobar también el crímen contra los religiosos. "No fueron víctimas de violencia machista como Alba, ni los mataron por ser catalanistas como Companys, sino que sufrieron otro tipo de violencia sólo por sus creencias religiosas", remarcó el líder de Convergència i Unió.
Entre las autoridades que han asistido figuran, entre otros; los ministros de Interior, Jorge Fernández Díaz, y de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada. Esta beatificación de mártires es considerada la más masiva en la historia de la Iglesia católica y está presidida por el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato; el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco, y el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol. Un total de 104 obispos (79 españoles y 25 extranjeros), ocho cardenales, 1.386 sacerdotes, 2.720 religiosos de todas las congregaciones y 3.947 familiares de los mártires, además de numerosas autoridades, también asistirán a la macroceremonia.
Los grupos más de base e izquierdistas de la Iglesia católica han criticado la beatificación porque creen que reabre las heridas aún no curadas de la Guerra Civil, ya que los cientos de miles de víctimas del franquismo aún no han visto reparada su memoria. La Coordinadora por lo Laico y la Dignidad entregó el pasado jueves al arzobispado más de 1.700 firmas en contra del acto. Ante estas críticas, el arzobispo de Tarragona ha repetido insistentemente durante los últimos días que se trata de un acto estrictamente religioso y no tiene ninguna connotación política, además de hacer un guiño de solidaridad con las víctimas del otro bando de la Guerra Civil.
De los 522 mártires que serán beatificados, únicamente dos, ambos religiosos paúles, fueron asesinados fuera de la contienda de la Guerra Civil, el 13 de octubre de 1934. Los mártires pertenecen a 33 causas (procesos de beatificación) diferentes y el acto se celebra en Tarragona porque tiene la causa más numerosa, con 147 mártires, entre ellos el que fuera obispo auxiliar de Tarragona, Manuel Borrás. También por lugar de nacimiento, la diócesis de Tarragona es la más numerosa con 75 mártires, seguida de Burgos con 68. Del total de mártires que serán beatificados, 515 son españoles y 7 extranjeros (3 franceses, 1 cubano, 1 colombiano, 1 filipino y 1 portugués) y, por condición eclesial, 88 eran sacerdotes diocesanos (3 obispos, 82 sacerdotes y 3 seminaristas), 15 eran Hermanos Sacerdotes Operarios Diocesanos; 412 eran religiosos consagrados de diferentes órdenes y 7 eran laicos.Las causas que hoy serán beatificadas son por mártires de las diócesis de Ávila, Barbastro, Barcelona, Bilbao, Cartagena, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca, Jaén, Lérida, Madrid, Menorca, Sigüenza-Guadalajara, Tarragona, Tortosa y Valencia.
Casi la mitad murieron en Catalunya y entre ellos figuran, además del obispo Borrás, que fue ayudante del cardenal Vidal i Barraquer, 20 monjes benedictinos de Montserrat, 39 hermanos de las Escuelas Cristianas, 7 carmelitas descalzos, 7 claretianos, un capuchino y cuatro presbíteros de la Fraternidad Terciaria de las Carmelitas de la Enseñanza.
Fuente: Público
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