Diputados en el Alcázar el 18 de julio

18 de julio y Alcázar de Toledo. Sólo de la combinación de ambos elementos resulta un cóctel altamente explosivo para la izquierda. El primero trae a la memoria los 76 años que han pasado desde la sublevación militar de los franquistas que acabó devorando la República. El segundo remite a la fortificación donde se atrincheraron los rebeldes contra el Gobierno legítimo del Frente Popular.

El sarpullido por la reacción contra dos símbolos fascistas ha vuelto a aflorar. El punzón ha sido la visita programada por la Comisión de Defensa del Congreso al Alcázar de Toledo –desde julio de 2010 nueva sede del Museo del Ejército– el próximo 18 de julio. "La salida se efectuará a las 9.20 horas desde la estación del AVE en Atocha, a las 10.55 horas llegada y traslado al Museo, a las 12.45 horas traslado a la estación del AVE de Toledo para regresar a Madrid. Los billetes se gestionarán por parte de los interesados", recoge textualmente la comunicación oficial que llegó ayer jueves a los integrantes de la comisión, que preside el diputado del PP Agustín Conde.

La convocatoria incendió primero al republicano Joan Tardà. "No sabemos si es una broma macabra o una desacomplejada, vergonzante y peligrosa nostalgia –expresó en una nota–. Aunque visto de otro modo, ejemplifica perfectamente la función histórica del Ejército español y la complicidad de la derecha española con los Gobiernos predemocráticos. Casos como estos demuestran la baja intensidad de la democracia española en la persecución del franquismo, que sigue presente a pesar de los tímidos intentos de la Ley de Memoria Histórica". El parlamentario de ERC anunció entonces su negativa a sumarse a la excursión.

"Me dejas alucinado. No me lo puedo creer", aseguraba sin poder ocultar la sorpresa José Luis Centella, primer portavoz adjunto de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) y portavoz en la comisión, advertido por Público de la fecha de la convocatoria. "Esta visita está fuera de lugar, es un despropósito, una falta de respeto a la memoria democrática. Pediremos que se aplace el viaje", continuaba después. "No iré al Museo del Ejército ese día –señalaba a este diario Arantza Tapia, la representante del PNV–. No entiendo a qué se debe la elección de esta fecha y la considero inoportuna".

Distinto criterio de PSOE, CiU y UPN

El PSOE no cree sin embargo que haya que darle "más vueltas al tema". "Lo primero que pensé cuando vi la citación es que coincide con un pleno extraordinario. No se me había pasado por la imaginación la coincidencia con el 18 de julio –confesaba ayer Diego López Garrido, portavoz socialista de Defensa–. No sé qué haremos y ya lo pensaremos, pero no creo que se haya elegido aposta esa fecha y, en todo caso, la veo incompatible con el pleno". Tal solapamiento no es "casual" para ERC: "Parece más bien un viaje para rendir un tributo nostálgico", censuró Tardà. Cierto es que para la tercera semana de julio se prevé sesión plenaria y designación de los nuevos miembros a varias instituciones del Estado, pactados por PSOE y PP, según anunció el viernes pasado el portavoz parlamentario conservador, Alfonso Alonso. No obstante, no está todavía fijado el orden del día, aunque fuentes parlamentarias apuntaron a este periódico que lo más probable es que las votaciones de los candidatos sean el martes 17, y no el miércoles 18, reservado para el control al Gobierno.

Conde restó toda importancia al día de la visita. El presidente de la comisión relató a Público que se intentó encajar la excursión en una semana con pleno –porque hay más garantías de que los diputados puedan acudir– y mejor un miércoles, puesto que, como es la jornada dedicada al control al Ejecutivo, no se programan votaciones. "El primer día que pedí fue el 11 de julio, pero el director del museo me contestó que no podía ser porque había otra actividad prevista del Ministerio de Defensa. De modo que propuse el siguiente miércoles hábil, con pleno, y es el 18. Y si nada lo impide, será ese día". La razón que Conde maneja para cancelar el rápido viaje es que se calcule que haya que votar antes de la vuelta de la comitiva a Madrid. "En tal caso, evidentemente no se haría", abundaba. ¿Tienen algún sentido las quejas expresadas por ERC, Izquierda Plural y el PNV respecto a lo que entienen como nula idoneidad de la fecha elegida? "No, no creo que tengan ningún fundamento", respondió.

No obstante, no toda la Cámara comparte el criterio de la izquierda minoritaria y del PNV. El PSOE no veía mayores problemas, como tampoco los vio CiU y Unión del Pueblo Navarro (UPN). "Mi partido –prologó el convergente Jordi Xuclà– fue fundado en la clandestinidad y en la lucha contra el franquismo. Mi padre, uno de los fundadores de Convergència Democràtica de Catalunya, estuvo en prisión. Pero treinta años después no podemos suspender actos, desplazamientos o ponencias en función de unos hechos que forman parte del pasado y de la desgraciada historia de España. El 18 de julio no es un día inhábil, no hay nada que celebrar ese día y, por tanto, hay que trabajar con normalidad". Xuclà, sin embargo, avisó de que no viajará a Toledo con sus compañeros porque tiene otro compromiso: un curso de verano en Aranjuez (Madrid). Carlos Salvador, diputado de UPN, se mostró "perplejo" por la "hipersensibilidad de la izquierda". "Me parece que los fantasmas de Moscardó [quien encabezó la sublevación en el Alcázar], Miaja [figura clave en la defensa republicana de Madrid] y Franco verían con gusto que una España en la que todos cabemos visite con normalidad institucional el Museo del Ejército". Salvador sí puso una pega: entiende que este tipo de viajes institucionales deben emplazarse "en lunes o viernes", cuando menos actividad parlamentaria hay". Este diario no logró contactar con la portavoz de Defensa de UPyD, Irene Lozano.

No será 2012 el primer año con polémica en torno al 18 de julio. El año pasado también la hubo, y quien ocupaba la Moncloa era el PSOE. José Bono, presidente del Congreso, leyó una declaración institucional con motivo del 75º aniversario del comienzo de la Guerra Civil. Un texto tibio que no distinguía entre vencedores y vencidos, que ni siquiera homenajeaba a los que dieron su vida por la República y que soliviantó a las víctimas del franquismo.

Fuente: Público