Cirujanos cruzados de brazos ante quirófanos vacíos, camas cubiertas con sábanas sin estrenar y enfermos graves que se han quedado sin intervención por falta de plazas en el hospital de Bellvitge de Barcelona, centro de referencia nacional y uno de los mayores del área metropolitana barcelonesa. Entre los afectados quedan pacientes graves, como Silvia López, de 33 años, a la que ayer debían extirpar siete tumores por un cáncer de recto con metástasis en el hígado y los pulmones. “Meses de quimioterapia y semanas de dieta para que nos dejen tirados a última hora”, lamentó a media mañana López con la angustia de no saber cuándo la intervendrán. “Los médicos dicen que era urgente, nadie entiende por qué hacen esto”, insistió. A media tarde, horas después de que este diario llamara al hospital para pedirle explicaciones, el centro informó de que ya había reprogramado la urgente operación de López para el próximo martes. “No se lo hemos podido decir antes a la paciente porque es una operación compleja que requiere cirujanos de distintas especialidades”, se excusó un portavoz del centro.
La típica epidemia gripal de cada invierno ha bastado para descubrir las carencias de los hospitales públicos de Cataluña tras los recortes de la Generalitat, alrededor del 12% del presupuesto de sanidad —unos 1.200 millones de euros— en los dos últimos años. El hospital de Bellvitge suspendió ayer todas las intervenciones programadas —una veintena— para liberar camas y poder atender a los pacientes que se acumulan en urgencias, en su mayoría afectados por patologías gripales. “Hemos sufrido un pico de la epidemia gripal y no disponíamos de suficientes camas para cubrirlo”, señaló un portavoz del hospital que no precisó cuántas camas mantiene cerradas el hospital. “No es una cifra estable, van variando según las necesidades del centro”, justificó.
El surrealismo, remarcó Silvia López entre decenas de camas vacías, es que pegadas al quirófano donde debían extirparle los tumores se amontonan decenas de camas cerradas y vacías desde hace meses. El cierre de quirófanos también afectó a otros cuatro pacientes con procesos cancerígenos, detallaron fuentes hospitalarias. “No tienen ni que pasar la fregona para que podamos utilizarlos”, lamentó López ante un reguero de camas vacías y sin poder borrar un gesto de no comprender. “La Generalitat dijo que los recortes no afectarían a los pacientes graves... y míranos”, protestó su marido, Jesús Rojano, desde una planta de hospital casi desierta.
La dirección del centro admitió problemas por “un incremento de la demanda asistencial coincidiendo con una epidemia de gripe”, señaló por la tarde en un comunicado que no hacía mención alguna al número de pacientes afectados. Ante esta situación, anunció, el centro abrirá 26 camas hospitalarias a partir del próximo lunes.
“Sorprende tan poca previsión ante casos tan delicados”, señaló Rojano. López supo que se quedaba sin operación este jueves, exactamente 14 horas antes de entrar en quirófano. “Llamó un operador para decir que no les quedaban plazas para la operación”, recordó su marido. “Y cuando le preguntamos qué pasaría ahora nos contestó ‘no lo sé’. Es indignante, no son maneras”, se molestó Rojano. Porque el cambio de planes sorprendió a la paciente después de más de una semana de dieta estricta y dos días tomando laxantes: exigencias que deberá repetir para habilitar el sistema digestivo a una operación especialmente compleja. Y tras varios meses de quimioterapia que exige una intervención inminente. “Los médicos ya avisaron de que debía operarse en febrero para que la quimio no perdiera efecto”, detalló el marido. “No tienen ni asomo de consideración con los pacientes”, protestó. “¿De verdad es una forma de ahorrar dejar los quirófanos cerrados y los cirujanos sin hacer nada?”, señaló.
El cierre masivo de los quirófanos de Bellvitge, que anuló todos los ingresos, se produce tras una semana con las urgencias colapsadas en muchos de los hospitales públicos. La mayoría de ellos se han visto obligados a suspender operaciones programadas para liberar camas y poder atender a los pacientes, en su mayor parte afectados por procesos gripales. Hasta ahora, sin embargo, los centros habían suspendido intervenciones no urgentes ni graves, básicamente relacionadas con traumatología.
El Departamento de Salud, por su parte, admitió que los hospitales han padecido una “sobrecarga” ante una epidemia con más incidencia que la de otros años pero rechaza hablar de colapso.
Fuente: El País
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