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El exministro socialista Miguel Boyer ha fallecido este mediodía en la clínica Ruber Internacional, donde ingresó de urgencia por la mañana en estado crítico, según informan fuentes cercanas a la familia. La causa del fallecimiento ha sido una embolia pulmonar. En febrero de 2012 estuvo ingresado en la Ruber como consecuencia de un derrame cerebral del que se recuperó, pero que le obligó a apartarse de las responsabilidades que aún mantenía como consejero de Reyal Urbis y de Red Eléctrica de España.
Nacido en San Juan de Luz (Francia) en 1939, Boyer era hijo de una familia de liberales riojanos. Entre sus parientes figuraban varios ministros de Hacienda y gobernadores del Banco de España, además del líder liberal del siglo XIX Práxedes Mateo Sagasta. Su padre era militante de Izquierda Republicana (que respaldaba a Manuel Azaña) razón por la que Boyer nació en el exilio.
Licenciado en Ciencias Económicas y Físicas en la Universidad Complutense de Madrid, trabajó en el Servicio de Estudios del Banco de España y fue director de estudios del Instituto Nacional de Industria en los últimos años del franquismo. Militante socialista desde los 70, llegó a estar encarcelado varias veces en la penitenciaría madrileña de Carabanchel.
En 1979 fue elegido diputado por Jaén y tres años después fue nombrado por Felipe González ministro de Economía, Hacienda y Comercio. Entre sus actuaciones más destacadas se encuentra la expropiación de Rumasa el 23 de febrero de 1983 y la Ley de Arrendamientos Urbanos que se bautizó como decreto Boyer.
Su relación con el PSOE sufrió fuertes virajes, con una relación enrarecida de raíz al no conseguir una vicepresidencia económica. El momento de máxima ruptura fue en 2002 cuando José María Aznar le nombró miembro del patronato de Faes. Dejó el cargo en 2011 cuando volvió a aproximarse al socialismo por su relación con José Luis Rodríguez Zapatero.
Miguel Boyer es considerado dentro del PSOE como muy liberal, una característica común en todos los ministros de Economía socialistas en democracia. Forjó el primer contrato temporal e inició el sistema de pensiones tal y como lo conocemos ahora. En 1995 hizo unas polémicas declaraciones con las que se mostró partidario de limitar el papel del Estado. En pleno zapaterismo, defendió la reforma de las pensiones.
El que fue ministro de Economía entre 1982 y 1985 tomó la decisión de expropiar Rumasa, lo que originó uno de los capítulos de la Transición, y también de la historia económica de España, más histriónicos y remarcables. Fue en el juicio por la expropiación, cuando un enardecido José María Ruiz Mateos, al grito de "¡Que te pego, leche!", le agredió a la salida de los juzgados.
Boyer perdió las gafas en aquel altercado y Ruiz-Mateos perdió parcialmente su imperio (la Justicia resolvió de forma diferente en cada uno de los recursos interpuestos) que luego volvió a levantar con parecido final. Ruiz-Mateos persiguió incansable a Boyer, vestido de Superman y disfrazado de todas las formas posibles.
Noyer estaba casado con Isabel Preysler, con la que tenía una hija, además de otros dos hijos de su anterior matrimonio con Elena Arnedo.
Fuente: El diario
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