El Ejército de Egipto depuso este miércoles al primer presidente civil elegido en las urnas en la historia del país, el islamista Mohamed Morsi, después de solo un año de Gobierno y tras cuatro intensas jornadas de multitudinarias manifestaciones de protesta. El comandante en jefe del Ejército y ministro de Defensa, general Abdel Fatah al Sisi, compareció pasadas las nueve de la noche en televisión, flanqueado por líderes opositores y religiosos y la plana mayor de las fuerzas armadas para comunicarle a la nación que el país tendría un nuevo Presidente interino, el jefe de la Corte Suprema Constitucional, Adly Masour, quien ahora liderará un periodo transicional que culminará con nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias. Los militares suspendieron también la polémica Constitución de corte islamista impulsada por Morsi y aprobada el año pasado por las urnas.
“Se suspende la Constitución provisionalmente”, dijo Al Sisi de forma solemne en su discurso a la nación. “El Presidente de la Corte Constitucional convocará elecciones presidenciales adelantadas. Se abrirá un periodo de interinidad hasta que se elija presidente. El presidente de la Corte tendrá poderes presidenciales. Se formará un Gobierno de tecnócratas”, añadió. La plaza de Tahrir, icónico centro de la llamada primavera árabe y de las revueltas que en 2011 acabaron con tres décadas de régimen de Hosni Mubarak, estalló en aquel momento en vítores. “No es un golpe”, gritaban los concentrados. Aquel punto había sido, de nuevo, el domingo, el punto neurálgico de unas protestas que concentraron en las calles de Egipto a hasta 17 millones de personas, según el ministerio del Interior.
Se prevé que el juez Mansour, elegido recientemente por Morsi para liderar el Constitucional, tome posesión como Presidente interino hoy. El Ejército sacó ayer sus tropas a las calles después de que venciera el plazo de 48 horas dado inicialmente el lunes por el general Al Sisi al Presidente para que integrara en su Gobierno a la oposición. Las fuerzas armadas prohibieron temporalmente la salida del país tanto a Morsi como a destacados líderes islamistas asociados con él. Vehículos blindados se desplegaron en los puntos de El Cairo en los que en los pasados días se han atrincherado los partidarios de Morsi. Cuatro personas fallecieron en enfrentamientos en todo el país, según el ministerio de Sanidad.
El tiempo concedido expiró a las cinco de la tarde (la misma hora en la España peninsular). Minutos antes, Morsi emitió un comunicado en el que en realidad cedió a las exigencias de los militares. "Los planes de la Presidencia incluyen la formación de un Gobierno de coalición que gestionaría un próximo proceso electoral parlamentario, y la formación de un comité independiente para las enmiendas constitucionales que presente el próximo parlamento", dijo. No era ya suficiente. La oposición se había negado a ingresar en el Ejecutivo. En su comunicado, el presidente se atribuyó la "legitimidad constitucional que los egipcios construyeron juntos".
La deposición de Morsi dejaba patente el fracaso inicial de la revolución de 2011 a la hora de crear un sistema democrático sólido. Se abre ahora un complejo proceso en el que no queda claro qué papel tomarán los islamistas que han sido forzados a abandonar el poder, y que ayer mantuvieron un tono desafiante. Tras la caída de Mubarak el Ejército tomó el control del país durante 16 meses. En esta ocasión ha evitado hacerlo, dejando paso a un poder ejecutivo civil, de perfil totalmente transicional y tecnocrático.
El general Al Sisi dijo en su discurso a la nación que el martes se reunió con Morsi y le pidió que cediera ante las peticiones de los manifestantes. Horas después, Morsi compareció en televisión, criticó a los opositores, dijo que no dimitiría y declaró muerto el tiempo de consensos. Luego dijo que daría su vida “si es necesario” por defender la legitimidad de las elecciones con las que accedió al poder. Al Sisi dijo que a su entender ese discurso “no cumplió con las expectativas de la ciudadanía egipcia”.
El Ejército mantuvo ayer consultas durante la jornada con Mohamed el Baradei, popular exdirector de la Agencia Internacional de Energía Atómica, elegido esta semana por los partidos opositores como interlocutor en el proceso político transicional, y que estuvo presente durante el anuncio televisado del general Al Sisi. Junto a él se hallaban el gran imán de la mezquita suní de Al Azhar, el jeque Ahmed al Tayed, y el patriarca copto, Teodoro II.
La Constitución suspendida, de corte islámico, fue aprobada por las urnas en diciembre, con un 64% de los votos pero solo un 35% de participación. Fue uno de los motivos que a principios de año reavivaron las protestas populares, junto a la crisis económica. Morsi ganó las elecciones de hace un año con el 51% de los votos en segunda vuelta. Su contrincante fue Ahmed Shafik, quien fue Primer Ministro del régimen de Mubarak en los últimos meses de su mandato.
Fuente: El país
jueves, 4 de julio de 2013
Golpe de Estado militar en Egipto
9:00
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