Las cajas nacionalizadas se han convertido en un quebradero de cabeza para las autoridades. El Fondo de Reestructuación Ordenada Bancaria (Frob) asumió el año pasado unas pérdidas por importe de 10.557 millones de euros por el profundo deterioro de las entidades en las que participa. Este agujero se multiplicó por treinta y tres con respecto al ejercicio anterior.
¿Los culpables? Novagalicia, CatalunyaCaixa y Bankia. ¿Por qué? Porque el Frob tuvo que sanear tanto las participaciones preferentes que inyectó en una primera ronda de ayudas como las acciones que recibió de las entidades cuando les prestó el segundo auxilio.
El fondo de rescate ha llegado a la conclusión de que ninguna de las tres entidades podrá hacer frente a los intereses de las preferentes, que alcanzan el 8% anual. "Es improbable su cobro teniendo en cuenta la situación ecónomico-financiera". En el caso de Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, esta coyuntura ha obligado a la conversión de los 4.465 millones de preferentes que le aportó en 2010 por capital, lo que ha supuesto su nacionalización total.
Las dificultades financieras de BFA se tradujeron en el impago de 11,13 millones en los intereses que tenía que abonar al fondo por sus ayudas en diciembre pasado. Las entidades que incurren en pérdidas tienen la obligación de cancelar el pago de cupones en las preferentes, estén en manos privadas o en manos públicas. Esta circunstancia implicó una segunda repercusión, forzando al Frob a tener que sanear toda la emisión de preferentes otorgadas a la matriz de Bankia.
Idéntica situación atravesaron a finales del ejercicio pasado Novagalicia y CatalunyaCaixa, que dejaron de remunerar al Frob por sus preferentes. En concreto, la gallega no hizo frente a 3,22 millones de euros, mientras que la catalana no pagó un cupón de 45,25 millones.
La morosidad de estos intereses ha provocado que el Frob tuviese que anotarse como saneamiento los 1.162 millones entregados a Novagalicia en preferentes y los 1.250 millones inyectados a CatalunyaCaixa a través del mismo instrumento. Y el impacto no se queda ahí. Ambas causaron otro boquete a las cuentas del Frob de 2011, porque tuvo que valorar a cero las acciones que posee en sendas antiguas cajas, al provisionar como pérdida la totalidad de la inyección realizada después del pasado verano.
Deterioro del capital
En el caso de la gallega, el deterioro contabilizado por la participación del 90,57% del capital asciende a 2.396 millones de euros. Para cubrir los riesgos de la catalana, el Frob ha dotado 1.718 millones por su casi 90%.
La contabilidad del Frob está sujeta a condiciones estrictas. Esta sociedad tiene la obligación de sanear con cargo a los resultados del ejercicio minusvalías potenciales, aunque pueda recuperar parte o la integridad en ejercicios posteriores.
El Gobierno, por ejemplo, confía en salir del capital de estas entidades nacionalizadas (las tres anteriores más Banco de Valencia) y recuperar con plusvalías las ayudas, aunque eso implique mantener la propiedad pública durante años, hasta que los activos se revaloricen.
Pero, hoy por hoy, el Frob ha tenido que poner negro sobre blanco la situación real de las entidades financieras en su poder, lastrando fuertemente sus cuentas y llevando su patrimonio a números rojos de 1.861 millones. Estaba previsto que el Estado aportase 6.000 millones para reequilibrarlo con cargo a Presupuestos, pero la ayuda de hasta 100.000 millones de Europa podría modificar estos planes.
Las reglas exigen al Frob anotar como pérdidas por deterioro su inversión bajo varios escenarios: si considera que no recuperará el valor contable de su posición; cuando haya "evidencias objetivas" de que el mismo no se podrá recuperar nunca; si la evolución económico-financiera de las entidades deriva en pérdidas; o cuando observe una desviación significativa de sus proyecciones de recapitalización.
Entre las alarmas que el Frob debe observar para sanear su posición figuran, por ejemplo, el impago en los cupones sucedido en las tres nacionalizadas ante las pérdidas de 2011, la existencia de salvedades en sus cuentas, u otras situaciones que pongan en duda su viabilidad. De hecho, las tres necesitarán una nueva inyección de dinero para cumplir con los requerimientos de solvencia exigidos. BFA-Bankia ha reclamado 19.000 millones extra; Novagalicia, sobre 7.000 millones; y CatalunyaCaixa necesitará, al menos, 4.800 millones.
Es previsible que en los próximos meses, el Frob, como en el caso de BFA, tome la totalidad de las acciones de la gallega y la catalana, aprovechando al tiempo la nueva inyección de fondos. De esta manera, las cajas perderán su participación en las filiales bancarias.
Fuente: El economista
jueves, 2 de agosto de 2012
Las cajas nacionalizadas provocan pérdidas de 10.557 millones al Frob
9:00
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