Sentado en el jardín del cortijo de La Zarzuela, Juan Carlos de Borbón, rey por la gracia del fascista y criminal Francisco Franco, un tirano asesino que firmó sentencias de muerte prácticamente hasta su muerte, se deshace en elogios del genocida dictador militar, según una cantinela típica de la propaganda del régimen.
Juan Carlos en esta entrevista a la Prensa francesa no dice nada de los miles de exiliados políticos, de los presos políticos encarcelados sin un juicio justo e imparcial, no dice nada de la ausencia de libertades básicas como la de expresión, cercenada por la férrea censura de prensa e imprenta, no dice nada de la Justicia corrupta que asolaba a entonces España, de la ausencia de libertad sindical, de la represión,
torturas y asesinatos impunes cometidos por la policía paramilitar y política del régimen, no comenta nada de la prohibición de cualquier tipo de pluralismo político que no fuera el fascismo inserto en el Partido Único del régimen, no dice nada del aislamiento internacional de España, de la miseria de los obreros del campo, no dice nada de la Universidad, plagada de fascistas y meapilas contrarios a la libertad de cátedra. Es una indecencia oir hablar a este personajillo al servicio del régimen franquista. La verdad es la verdad, aunque duela o sea incómoda. El manto de silencio de los medios de comunicación sobre el pasado fascista de este personaje, de sus golpes y de sus chanchullos es necesario desenmascararlo.
Fuente: Unión Cívica por la República
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