El abogado del infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias aseguró hoy que éste padece una enfermedad mental degenerativa que le impide asumir las responsabilidades como miembro del consejo de administración de Viajes Marsans.
El  catedrático de Derecho Mercantil Ángel Rojo ofreció esta explicación  durante la vista celebrada hoy en el Juzgado de lo Mercantil número 12  de Madrid para decidir si procede embargar bienes a parte de los exconsejeros de Marsans por su responsabilidad en la insolvencia de la compañía turística.
Para apoyar la situación de Carlos de Borbón-Dos Sicilias, primo del rey Juan Carlos, compareció como testigo uno de sus yernos, Pedro López Quesada, quien afirmó que desde hace cuatro años sufre "lagunas en su memoria" y dificultades para hablar y para moverse que le han obligado a recibir tratamiento especializado.
Además,  ante la negativa del infante a dejar sus responsabilidades en consejos  de administración de grandes empresas, como Reyal Urbis o Cepsa, la  familia ha tenido que remitir cartas a dichas sociedades avisándoles de  su estado.
"Dada la dignidad de su alteza, nos preocupaba que  siguiera atendiendo unas responsabilidades que no tenía la necesidad ni  obligación de atender", aseguró su yerno.
El estado de salud del  infante impidió que declarara hoy ante la juez Ana María Gallego, que sí  interrogó a otros dos exconsejeros de Marsans: Emilio Novela y José Félix de Rivera.
"Fábrica de dinero"
Novela, que fue vicepresidente primero de Banif y consejero de importantes compañías, defendió su obligación de firmar las cuentas de Marsans antes de dimitir como miembro del consejo de administración de la compañía.
"La firma era obligada. En cualquier caso tenía que firmarlas", declaró Novela, quien añadió que sí se sorprendió por la existencia de créditos por valor de 221 millones a Teinver, aunque se quedó "tranquilo" tras las explicaciones recibidas de Gerardo Díaz Ferrán.
Novela  defendió que "la empresa estaba en una situación absolutamente normal"  cuando dimitió en octubre de 2009 a petición de Díaz Ferrán y Gonzalo  Pascual, que querían facilitar así la compra de la compañía por parte de  un competidor.
La administración concursal de Marsans insistió hoy en solicitar el embargo contra los consejeros  que firmaron las cuentas del grupo turístico correspondientes al  ejercicio transcurrido entre marzo de 2008 y febrero 2009, ya que  entonces ya reflejaban una "monstruosa desaparición de dinero de  Marsans", que era una "fábrica de dinero para otras empresas del grupo".
Fuente: Público


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