Los profesores baleares volverán el lunes a clase. La huelga indefinida que ha paralizado la vida escolar durante tres semanas acabó ayer al anochecer, por decisión de una asamblea celebrada en Mallorca. El 90% de los docentes representantes de los centros consideró, que tras cumplir 15 jornadas de protesta con mucho impacto social, era preciso parar. Y así lo votaron 176 de ellos (33 querían una suspensión definitiva y el resto solo temporal). 11 querían seguir en huelga.
El Gobierno de Baleares, del PP, no ha cedido a las demandas sobre el nuevo modelo educativo trilingüe. Todas las negociaciones se frustraron, no se concretaron en acuerdos. El polémico trilingüismo reparte el peso del catalán, el castellano y el inglés en las clases y sustituirá al bilingüismo (catalán y castellano). Aunque había más reivindicaciones, la negociación se ha atascado en este punto.
“Se suspende la huelga, no se desconvoca”, dijeron los docentes, en un críptico mensaje; “siguen en pie nuestras quejas y denuncias sobre la política educativa, la reivindicación no para”, sintetizó Iñaki Aicart, portavoz de la Asamblea de Docentes, movimiento que ha liderado la huelga. Las asambleas de Ibiza y Formentera, territorios con mayor densidad de protesta, han de opinar hoy sábado. Menorca ya se decantó.
El Gobierno exigió, por responsabilidad, el retorno de los profesores a las aulas, y no descarta negociar algunos temas abiertos. El Ejecutivo dice haber dado “pasos de gigante”, pero no ha mostrado márgenes de maniobra en su cuestión central. “Lo que realmente importa es el trilingüismo y que los niños comiencen a dar clases”, remachó el presidente de Baleares, José Ramón Bauzá (PP). La introducción del inglés en el sistema educativo, aun sin consenso entre la comunidad educativa, es esgrimida por el PP como la tabla de salvación para intentar acabar con el fracaso escolar. En la práctica, modificará el modelo y “equilibrará” el peso del castellano frente al catalán, lengua histórica autóctona de las islas y cooficial.
“Hicimos múltiples propuestas alternativas para avanzar en los distintos temas abiertos. Las presentamos por escrito, pero el Gobierno pretendía un acuerdo global y no se mueve de su posición sobre la implantación del trilingüismo”, explicó uno de los portavoces sindicales del comité de huelga.
En la calle, latía la preocupación por el bloqueo en las clases pero ha seguido viva la movilización de respaldo a los docentes y los actos de solidaridad para contribuir a la merma económica de sus nóminas. La caja de resistencia ha recogido hasta 373.000 euros desde el 16 de septiembre, cuando comenzó el cierre en la actividad docente y académica. Cada uno de los días de huelga supone para los docentes la pérdida de 100 euros de su nómina. Los huelguistas quieren que esta partida ahorrada de los presupuestos públicos se destine a becas y ayudas de comedor, transporte y libros.
El lunes hay prevista una nueva reunión negociadora de la consejería de Educación y los sindicatos y asambleístas. La huelga la convocó el sindicato mayoritario STEI, nacionalista y de posición menos contundente que la Asamblea de Docentes que impulsó la protesta junto a CC OO, sindicato de peso relativo en la docencia balear. UGT y el conservador ANPE se sumaron a la protesta. Horas antes del cese temporal de la huelga, CC OO pidió en una nota de prensa una “tregua” para reconducir la estrategia del conflicto.
La larga lucha de los docentes no solo ha agotado sus nóminas, también ha supuesto cierta quiebra política en el seno del PP. Alcaldes de pueblos de Mallorca criticaron la poca flexibilidad de su Gobierno. También la patronal de centros católicos se mostró comprensiva con las razones de los sindicatos, esencialmente respecto al modelo lingüístico.
La última polémica ha sido la orden del Gobierno de pasar lista en clase para saber los alumnos que no habían acudido. Pero la clave ha sido siempre el modelo lingüístico, impuesto por el PP, con mayoría absoluta, pero sin consenso en la comunidad educativa. El Tribunal Superior de Justicia de Baleares suspendió el calendario de la aplicación del decreto por lo que el Gobierno entendió que era un defecto de forma. En tiempo récord, Bauzá lo corrigió para empezar el curso tal y como habían previsto. Esto irritó más a los profesores, que se echaron a las calles. En una comunidad de 1,1 millones de habitantes, hasta 100.000 personas se manifestaron en una gran marcha convocada en apoyo de la escuela pública, contra los recortes y a favor de la enseñanza en catalán.
Tras 15 jornadas de protesta y después de la amenaza del Gobierno de alargar el curso hasta el 30 de junio si continuaba la huelga, esta se ha suspendido. La implantación del trilingüismo (inglés, catalán, castellano) será obligatoria y universal en tres cursos de la enseñanza primaria y segundo ciclo de infantil, mientras que en secundaria, en un solo curso, será voluntaria. Esta última ha sido la única concesión del Gobierno.
Fuente: El país
sábado, 5 de octubre de 2013
Los profesores de Baleares vuelven a clase tras 15 jornadas de huelga
18:00
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