La alcaldesa de Madrid, Ana Botella (PP), repitió hasta la saciedad que Madrid podía permitirse organizar los Juegos de 2020. Según las cuentas de la candidatura, era necesaria una inversión de 1.518 millones de euros. Según las cuentas de Botella, esa cantidad, repartida entre las tres Administraciones y los seis años restantes, implicaba un gasto “asumible” de 75 millones anuales.
Una vez derrotada la ciudad ante Tokio el 7 de septiembre, el líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky, pidió ayer a Botella que dedique esos 75 millones de gasto previsto a un plan contra la pobreza, a fomentar el empleo, recuperar las becas comedor, facilitar el acceso a la vivienda, potenciar el turismo e, incluso, limpiar a fondo de la ciudad.
“Tengo que despertarle del sueño, no nos ha tocado la lotería”, respondió la edil de Hacienda, Concepción Dancausa, que admitió que “nunca se contempló una reserva de crédito para las inversiones” olímpicas. O lo que es lo mismo, “el compromiso de gasto no estaba en los presupuestos”. ¿De dónde pensaba sacar entonces el Ayuntamiento ese dinero? “A partir de 2016, la situación financiera generará unos excedentes que permitirán afrontar nuevos proyectos de inversión y reforzamiento de los servicios municipales que permiten el funcionamiento de la ciudad”, respondió Dancausa, citando el plan de ajuste que le obligó a hacer el Gobierno. Es decir, el dinero para las obras olímpicas dependía de que la situación económica de la ciudad mejorara, y con ella los ingresos previstos.
Y, en caso de que eso se produjera, la inversión en los Juegos se detraería del “reforzamiento de los servicios que permiten el funcionamiento de la ciudad”. El líder de IU, Ángel Pérez, que apoyó la petición socialista, resumió así la respuesta del PP: “Habría habido dinero si hubiera habido Juegos, pero no hay dinero para la ciudad”. UPyD se abstuvo.
El Ayuntamiento se comprometió por contrato ante el COI a construir cuatro nuevas instalaciones deportivas y a reformar otras dos, además de levantar la villa olímpica. La mayoría de estas obras debía comenzar antes de 2016, por lo que, de haber logrado los Juegos, Botella hubiera tenido que sacar dinero para sufragarlas, aunque ahora diga que no estaban presupuestadas.
El centro de tiro de Paracuellos del Jarama iba a costar 18 millones, y el canal de remo, 94; ambos debían empezar a construirse en junio de 2015. Las obras de la villa olímpica, que iban a costar 674 millones, debían iniciarse en julio de 2015. El Centro Acuático, presupuestado en 56 millones, iba a comenzar en junio de 2014; la reforma del hipódromo de La Zarzuela, por 17 millones, en junio de 2015.
Fuente: El país
jueves, 26 de septiembre de 2013
El Ayuntamiento admite que no tiene el dinero que prometió al COI para obras
18:00
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