A las 10.05 horas partió puntualmente de la estación de Madrid-Atocha, el AVE inaugural Madrid-Alicante, la última línea del tren de alta velocidad español. Durante el estreno, en el que todas las autoridades se han esforzado en recalcar, durante sus discursos, que el AVE es un motivo de orgullo nacional, pese a la crisis, el paro o la deuda (en parte causada por el coste de esta obra), colectivos afectados por diferentes causas han recibido con pitos y protestas a los representantes de las Administraciones, incluido el Príncipe Felipe, para mostrar su rechazo y sus críticas.
La red española de AVE es la segunda del mundo en longitud, con 3.100 kilómetros, solo superada por China, con una extensión 20 veces mayor y 1.300 millones de habitantes. En total, España cuenta con 31 estaciones que conectan 21 provincias directamente por la red que alcanza al 60,3% de la población. “España es hoy el país de Europa con más kilómetros de alta velocidad ferroviaria y nuestro modelo nos ha convertido en una referencia en el mundo y una excelente carta de presentación para nuestras empresas”, ha dicho el Príncipe de Asturias, don Felipe, en su discurso, al final del trayecto, en la estación de Alicante.
Previamente, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dejado claro que pese a todas las dificultades presupuestarias, el AVE sigue siendo una prioridad y un objetivo del Gobierno por ser una “inversión realmente productiva”, que contribuirá a la recuperación y a la creación de empleo. En esta legislatura se han puesto en marcha 300 kilómetros y seguirá fluyendo dinero público para completar la malla porque el AVE es, según Rajoy, un símbolo de cohesión nacional. “El AVE ha demostrado de lo que somos capaces de hacer cuando decidimos progresar en común: materializar ese propósito compartido de nuestras grandes fortalezas como país”.
Primer trayecto
Para dar fe de la inauguración subieron al primer convoy del Madrid-Alicante el Príncipe de Asturias, sin doña Letizia, pero acompañado por Rajoy, y los ministros de Fomento y Asuntos Exteriores, Ana Pastor y José Manuel García-Margallo. Llamaba la atención la ausencia del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, que acudió a despedir a las autoridades pero no subió al tren, y de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que no apareció.
Las autoridades viajaron en el coche 2 de preferente, aislados de la prensa y la comitiva que ocupaba el resto del tren. Una representación de perfil mucho más bajo que el de la inauguración del Madrid-Valencia, en diciembre de 2010, que congregó a los Reyes, a toda la clase política y contó con el respaldo del empresariado madrileño y valenciano. Esta vez tampoco hubo jamón ibérico para la comitiva.
Hizo una primera parada en Albacete, a las 11.25 horas, para recoger a la presidenta castellanomanchega, María Dolores de Cospedal. Y un segundo stop, a las 12.10 horas, en Villena, para que se subiera el presidente valenciano, Alberto Fabra, no sin antes descubrir una placa conmemorativa. Merecía la pena inmortalizar que una localidad como Villena, de apenas 35.000 habitantes, disponga de parada de AVE, un lujo al alcance de pocos municipios con tan escasa demografía. Tal vez porque ahora es gobernado por Los Verdes, la llegada del tren despertó gran expectación popular. Muchos vecinos desde los campos de labranza (donde habían aparcado sus coches porque la estación, que ha costado 11,5 millones, está a seis kilómetros del pueblo) saludaban a los viajeros y autoridades.
Saludo a la alcaldesa
Pero donde la expresión del fervor popular (y mediático) alcanzó su clímax fue en la estación de Alicante, el lugar elegido para los discursos. La estación estaba abarrotada. En su interior, por todo tipo de autoridades, incluyendo la polémica alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, imputada por el caso Brugal de corrupción, que finalmente sí pudo hacerse la foto con el resto de personalidades, aunque fue saludada gélidamente por Rajoy y Cospedal.
A la estación no pudo acceder el público en general. Así que quiso también en hacerse oír desde el exterior. Varios colectivos con diferentes causas hicieron sonar sus silbatos y corearon gritos de protestas contra el Gobierno, regional y central, y hasta contra el presupuesto de la Casa Real. Protestaban contra la estafa de las preferentes, la corrupción política, los desahucios… El momento más vibrante ha sido la explosión de sendos petardos, una de las cuales ha coincidido con el discurso de don Felipe, que no ha podido evitar dar un respingo.
Alberto Fabra parecía ignorarlos y prefería concentrarse en destacar las excelencias del AVE para la región que permitirá que Alicante acoja a más de 2,25 millones de visitantes, con un aumento estimado del 40% de los viajeros y un impacto económico de 70 millones de euros el primer año. Llevado por el entusiasmo, Fabra comparó el AVE con Rafa Nadal por su proyección de la marca España y prometió que el tren llegará a Castellón en 2015.
Fuente: El país
lunes, 17 de junio de 2013
Pitos contra el Príncipe y Rajoy en la inauguración del AVE a Alicante
18:30
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