A Convergència i Unió le ha salido el tiro por la culata y su operación para lograr la mayoría absoluta ha acabado en un fracaso sin paliativos: CiU se ha quedado muy lejos de los 68 diputados que marcan la mayoría absoluta y, además, con casi el 98% de los votos escrutados solo sumaba 50 escaños, 12 menos que en la última legislatura. Un mazazo para los dirigentes de la federación, que se las prometían muy felices cuando convocaron las elecciones, con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, tras hacer suya la reivindicación soberanista de la Diada. Pero a Mas no le ha seguido nadie en su aventura: ni los electores más independentistas, que han dado su confianza a Esquerra Republicana, ni los más moderados, que han huido ante el envite independentista de Mas. Nadie en CiU esperaba este sonoro batacazo.
“No es la mayoría que buscábamos, ni la mayoría necesaria para enfrentarnos a lo que nos tenemos que enfrentar”, ha lamentado el candidato de CiU desde el hotel Majestic. El presidente se ha comprometido a seguir adelante pese al batacazo: “El proceso debe seguir adelante. Sin renuncias, pero con la conciencia clara que las mayorías se deben ampliar”, se ha comprometido.
En su análisis del resultado, el presidente catalán ha remarcado que su política de recortes le ha perjudicado en las urnas. Por ello, con los resultados en la mano, ha pedido un socio mayoritario para asegurar la gobernabilidad durante la legislatura. “Tal y como han quedado los resultados no hay Gobierno que no pase por CiU. Pero también es evidente que no nos podemos hacer responsables únicos de la gobernabilidad del país”, ha dicho Mas, para después señalar a Esquerra Republicana: “Las formaciones que han crecido pero que están lejos todavía deben ser corresponsables de los éxitos y de las decisiones difíciles”. El presidente ha abierto la puerta incluso a una coalición de Gobierno. “No podemos liderar solos. En el Parlament o en el Gobierno debe haber apoyos explícitos y responsabilidades". CiU ve a ERC como el socio ideal porque es el que le garantiza seguir adelante con el referéndum y sus críticas a los recortes han menguado con el liderazgo de Oriol Junqueras.
El escenario que se le abre a Mas es difícil, no solo por la gobernabilidad en Cataluña sino a nivel interno: la apuesta soberanista del presidente, avalada por CDC, despierta notables incomodidades en Unió, verbalizadas sin ambages por el líder democristiano, Josep Antoni Duran Lleida. El candidato de CiU da por hecho su continuidad, pese a que antes de la campaña ni contemplaba reducir su actual representación, 62 diputados. El mazazo electoral abrirá un período de reflexión y las desavenencias con Unió aflorarán en el mañana de la federación.
Fuente: El país
lunes, 26 de noviembre de 2012
Mas se compromete a seguir adelante con la consulta soberanista
12:00
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