Entre 1939 y 1947 hasta 250 presos políticos del régimen franquista fueron confinados en dos barracones en el único campo de trabajos forzados, o de concentración, que existió en El Bierzo, en las inmediaciones de Fabero. Un campo que recibía el edulcorado nombre de "Campo Penal".
Como bien define el documental Los Campos del Silencio, de la autora berciana Eloina Terrón, en las cercanías de Fabero, de lo que fue el pozo de 'Antracitas de Fabero', se instaló un batallón de unos 250 presos republicanos, entre 1939 a 1947. Todos ellos pudieron conmutar su pena política por jornadas maratonianas en la extracción de carbón en las minas de toda la cuenca.
Sólo salían de aquel campo perimetrado en un pequeño valle entre dos escarpadas colinas, para ser custodiados hasta las minas, y regresar caída la noche.
De lo que queda, como bien apunta el reportaje, "la inconsciencia colectiva, de ese silencio, miedo y olvido que aún hoy en día se puede sentir en donde ocurrieron los hechos y donde viven los descendientes de muchos de aquellos presos". Y es que tras su desmantelamiento, pocas han sido las voces o trabajos documentales que han querido preservar en la memoria los hechos ocurridos en Fabero, o mejor el hecho que puede resumirlos todos: que aquí en Fabero hubo un campo de concentración que se llevó por delante más de 5 años de todos esos hombres cuya rutina en todo ese tiempo fue el pico, la oscuridad de la mina, la salida a la oscuridad también de la noche y el sueño de libertad dentro de dos barracones de madera. "Nos mataban de hambre" declaró uno de los supervivientes en este documental 'Los Campos del Silencio'; Otro añadía que "las empresas de la zona se pusieron las botas con un trabajo regalado".
En el entorno, hoy sólo un monolito de piedra recuerda el confinamiento forzado de aquellos presos políticos. Los barracones fueron desmontados en 1947, pero ya se habían cerrado en 1945, con la caída de Hitler y el conocimiento de los campos de concentración alemanes y el holocausto judío. Entonces Franco ordenó desmontar estos "campamentos penales".
Sólo se mantiene en pie parte de la estructura que fue el cuartel desde donde se vigilaba todo el perímetro.
De aquel campo no pudieron salir 4 ciudadanos que murieron por motivos de salud, según los partes médicos de confinamiento: Aurelio Castaño, de 30 años; Belarmino Fernández, de 44, Daniel Ferrera, de 28 y Andrés Álvarez de 44.
El resto de presos "tras sufrir toda clase de penalidades" fueron liberados aunque siempre controlados en régimen "de condicional" hasta la caída del régimen. Se les conmutó la pena a cambio de más de 5 años de encierro en este perímetro.
No quisieron aceptar este encierro otros 3 guerrilleros, que escaparon de nuevo a los frentes de Asturias-Galicia: Amadeo Ramón, que logró pasar a Francia en 1948, mismo año en que lo logró otro de los escapados de este campo, Domingo Villar. El tercero, Gerardo Canedo, fue abatido en Teixeira en emboscada (1946).
Fuente: Info Bierzo
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