David Simón reconoce que resulta un hecho "anecdótico", pero también "simbólico y sintomático". La profanación del monumento funerario a los represaliados por el franquismo en Ourense es, a juicio del vocal de la asociación Amigos da República, "un ejemplo del auge del neofascismo y de la extrema derecha en Europa".
Simón y sus compañeros se encontraron la mañana del 14 de abril, aniversario de la proclamación de la Segunda República, con la placa de las víctimas republicanas pintada, una bandera tricolor convertida por efecto del espray en rojigualda y el lema "Viva España" estampado en un muro del cementerio de San Francisco, donde se ubica el monumento conmemorativo.
Allí, hace menos de una década, lo levantaron para recordar la fosa común del camposanto donde fueron enterradas las víctimas republicanas. Y para señalizar, precisamente, el lugar por el que pasaron muchos de los fusilados tras el alzamiento. "El cementerio está pegado a un antiguo cuartel militar", explica Xosé Lois Carrión, fundador de la asociación.
"Cerca, en el campo de Aragón, había fusilamientos legales. Todos los muertos eran llevados a la fosa, aunque años después sus familias exhumaron la mayoría de los cuerpos para enterrarlos en sus panteones. Elegimos este sitio para erigir las esculturas por su carácter simbólico", añade Carrión, quien recuerda que pudieron levantarse gracias a las donaciones particulares.
El túmulo es sencillo: un conjunto de piezas relacionadas con el cuarto tiempo de la Quinta Sinfonía de Gustav Mahler, inspirada en la Heroica de Beethoven. Su arquitectura blanca pretendía, según recoge el proyecto, emerger "como luz del recuerdo oscuro" y sugerir "un camino de alegría en la tragedia del recuerdo". La de los familiares, amigos y vecinos de los casi 150 muertos por la represión franquista en la ciudad gallega. "De vuestro sacrificio", reza el epitafio del conjunto escultórico, "la sangre irradia libertad".
"Ola conservadora y extremista motivada por la crisis"
La asociación no había sufrido hasta el momento un ataque similar. "La razón puede ser la ola neoconservadora y extremista motivada por la crisis económica", cree Simón, aunque carece de pista alguna que señale al autor o autores de la agresión. "No sabemos si fue obra de una persona descontrolada o de una acción organizada", apunta el vocal de Amigos da República, que recibió numerosas muestras de apoyo de asociaciones republicanas y por la recuperación de la memoria histórica. Entidades, sindicatos y partidos políticos de diverso signo, a excepción del PP, firmaron un comunicado de repulsa.
"Evidentemente, sigue habiendo nostálgicos del franquismo", deja claro Simón, . "A veces, con mayor presencia. Otras, con acciones aisladas como ésta: un hecho anecdótico, pero simbólico y sintomático", concluye el vocal, que reconoce el apoyo recibido en tiempos de José Luis Baltar, expresidente de la Deputación de Ourense. "Durante años, colaboró económicamente con la cena del 14 de abril, a la que han asistido concejales del Partido Popular ourensano".
Incluso la asociación cuenta con miembros conservadores. "Somos gentes de izquierdas, aunque existe una minoría de republicanos de derechas", matiza Carrión, que rememora su nacimiento a finales de la pasada década. "Al principio éramos un grupo de amigos, de ahí el nombre, aunque a las comidas y cenas asiste cientos de personas de todos los lados. Éste es el grupo más anarco que pueda existir. Cada uno somos de su padre y de su madre: gente socialista, comunista, nacionalista, anarquista y otros progresistas que van por libre, siempre por la defensa de los valores de la República", afirma Carrión.
"Aquí no se le mira a nadie el pedigrí"
"Queremos una Tercera, pero no nos posicionamos sobre el tipo de República a la que aspiramos, porque no somos un partido ni el brazo ideológico de ninguna formación política", subraya uno de los fundadores de Amigos dos Amigos. Aunque la directiva está formada por un número reducido de personas, los simpatizantes se multiplican en fechas señaladas.
Es el caso del 14 de abril, cuando celebran la Festa da República, a la que asisten centenares de personas de diverso signo y condición. "Una vez vino de invitado Llamazares y, cuando dio la charla en el Ateneo, se quedó asombrado al ver a tanta gente en la cena", recuerda. "Los asistentes no eran todos precisamente comunistas o de Izquierda Unida, pero es que aquí no se le mira a nadie el pedigrí".
Fuente: Público
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