Rajoy estuvo 2384 días en el Gobierno

domingo, 19 de febrero de 2012

El final de la crisis

La verdad es que estoy por hacerme “insumiso” a cualquier tipo de información, estoy harto de oír, leer y ver ese tipo de noticias, que aun a sabiendas que la cosa está muy mal y dentro de mi ingenuidad, sigo pensando que algo bueno debe pasar en este jodido mundo y en este país.

Cada mañana nos desayunamos con eso de las previsiones de la Zona Euro, la inflación, lo del PIB, lo del Magda, lo de las agencias, en fin un lio. Pero lo que realmente pienso es que desde el poder real, el de los que mandan de verdad, sus correas de transmisiones y que son los gobiernos elegidos por la ciudadanía, han acuñado lo que he venido en denominar la implantación del régimen del miedo, es el mensaje subliminal;”os vais a enterar”.

Se empeñan en transmitirnos datos económicos, siglas que acompañan estos datos, hasta tal punto que, pronto nos encontraremos con un diccionario, que nos explique qué significan tantas abreviaturas, porque lo que sucede ya nos lo explican, a su forma claro está.

De lo que se trata es de convencernos que la salud de un país se mide tan solo por conceptos económicos, cuando realmente en la salud de un estado existen otros, como la situación de los servicios públicos; la sanidad, la justicia, la atención a nuestros niños y mayores, la solidaridad, la calidad de vida, en fin un montón de cosas que no son cotizables en los mercados y que les importa un pepino a los mercaderes.

Se trata de meter miedo. El penúltimo ejemplo ha sido lo de la Reforma Laboral, digo penúltimo porque vendrá más pronto que tarde, la regulación de la huelga, el ajuste de las pensiones, la justicia a la carta en función del poderío económico, en fin una vuelta atrás en derechos conquistados y que ilusamente habíamos pensado que eran inamovibles. Se trata de acogotarnos, tienen los medios, las formas y además conocen las reacciones de esta sociedad, una sociedad que es capaz de aplaudir y ensalzar a los que practican el engaño y la corrupción y que se ensaña, cuando no se ríe, de aquellos que lo denuncian o quieren hacer ver que es posible otra cosa.

Cansado estoy de ver como se utiliza el paro como arma arrojadiza partidista, es cierto que el desempleo es una consecuencia de y por tanto, debería ser una de las prioridades en la acción política, el paro es algo más que unas abultadas cifras, detrás de las mismas existen realidades humanas, pero el descenso del mismo no debe basarse en una precarización que únicamente provoque una reducción de la diferencia entre tener trabajo y no tenerlo, no vale aquello tan utilizado y a veces aceptado de que “por lo menos tienes algo”, el combate contra el paro no puede basarse en la dominación por parte del empresario de las condiciones de trabajo, ni mucho menos en considerar a la persona como un objeto que una vez exprimido o innecesario por cuestiones de beneficios económicos se expulsa y se le condena al ostracismo laboral, sin que perciba una parte de la plusvalía que ha generado con su esfuerzo. Este es parte del “espíritu” de la nueva Reforma Laboral, que se comenzó diciendo que era necesaria para reducir el paro y los mismos, terminan diciendo que no, que no vale para reducir el desempleo y que a corto y medio plazo generará mas despidos, más baratos y lo que es peor aún, quieren trasladar el problema a la población “ocupada”. Y es que el motivo de la reforma es financiero y no laboral.

Pues claro que la crisis terminará y, no porque suban esas malditas abreviaturas que citaba al comienzo, sino porque insistirán e insistirán en convencernos en de que ya no somos ciudadanos, luego que ni tan siquiera súbditos ni lacayos, que nuestro nuevo papel en el sistema es el de esclavos, esclavos con facebook, tuenti o twitter, pero esclavos. Porque de eso se trata en el fondo.

Fuente: La República

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