Ni siquiera la todopoderosa Angela Merkel ha podido evitar que el presidente de Alemania, Christian Wulff, se haya visto obligado a dimitir esta mañana después de que la Fiscalía de Hannover solicitara al Parlamento la suspensión de su inmunidad por estar envuelto en un caso de corrupción y tráfico de influencias.
"Los acontecimientos de los últimos días y semanas han demostrado que la confianza del pueblo alemán y, por lo tanto, mi efectividad han resultado seriamente dañadas. Por esta razón, no puedo seguir ejerciendo el cargo de presidente del país", dijo Wulff en un breve comunicado desde el Palacio presidencial de Bellevue.
El ya expresidente está siendo investigado por una serie de asuntos turbios que se remontan a su etapa como jefe de Gobierno del Estado federado de la Baja Sajonia. Wulff y el productor cinematrográfico, David Groenewold disfrutaron juntos de unas vacaciones en la isla alemana de Sylt en 2007.
Según los fiscales, pagó Groenewold y el encuentro se produjo un año después después de Wulff aprobara la concesión de un aval de un millón de euros a una de las empresas del productor. El préstamo nunca se llegó a hacer efectivo, pero para la Fiscalía se puede tratar de un claro caso de tráfico de influencias.
Merkel fue su gran valedora
"Estoy convencido de que las investigaciones conducirán a mi absolución total", dijo, defendiendo su gestión del Gobierno de Baja Sajonia. El expresidente, atacó a los medios de comunicación que en los últimos meses se han hecho eco del escándalo porque "nos han herido a mi mujer y a mi".
Para la canciller Merkel, que tuvo que suspender el viaje a Roma que tenía programado para este viernes, se trata de una situación muy comprometida.
Ella apostó más que nadie porque Wulff ocupara la presidencia del Gobierno y se convirtiera en la persona más joven en la historia de Alemania que ocupa ese cargo.
El ascenso se produjo en las elecciones de junio de 2010. Tras la dimisión inesperada de Horst Köhler, Merkel lo presentó como su candidato ante la coalición con la que gobierna, y aunque a priori parecía que obtendría un holgado apoyo, hasta el último voto no se supo si podría ocupar el puesto.
Dos semanas para decidir sobre la inmunidad
Esta mañana, tras conocer la noticia, la canciller reconoció su "gran pesar" por la dimisión y defendió a Wulff y su esposa, por haber "representado con dignidad a Alemania". Ahora, los partidos de la coalición buscarán con la oposición socialdemócrata y verde un candidato de consenso.
La prensa y la oposición habían estrechado el cerco sobre Wulff en los últimos días. Hoy, en unas declaraciones al Mitteldeutschen Zeitung, el líder de la CDU en Baja Sajonia, Michael Grosse-Brömer, advirtió de que "el presidente debe asumir las consecuencias". Para los líderes parlamentarios de Los Verdes, Renate Kühnast y Jürgen Trittin, Wulff no tenía otra opción.
La Cámara Baja alemana deberá ahora, en una decisión sin precedentes en la historia de Alemania, porque Wulff, además del presidente más joven será el primero sobre el que se debate si mantenerle o eliminarle la inmunidad para que la Fiscalía pueda abrir una investigación en firme, para lo que basta una mayoría simple.
Según el Süddeutsche Zeitung eso podría producirse dentro de dos semanas. La medida contará con bastantes parlamentarios en contra. Para la socialdemócrata Andrea Nahles, "a mis ojos una investigación de la Fiscalía y el cargo del Presidente federal son incompatibles".
Fuente: Público
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