“Pero sí me hago esa pregunta, de si no tendríamos, por ejemplo en España, que pasar a una fase suprapolítica, suprapartidista, de gestores firmes. ¡Si tenemos cinco millones de parados! Un dictador con mano fuerte… No lo sé, no lo sé, pero hay que tener cuidado de no ponerse demasiado bravo con los dictadores que produjeron riquezas económica. Hitler fue un dictador que metió a los países en una guerra espantosa, pero Franco no. Y Pinochet tampoco”, indicó
.
“Y yo digo lo mismo en política: si no se reconoce que España se benefició mucho con la dictadura franquista, y que la democracia fue posible gracias a Franco, se están diciendo cosas raras. Eso no quiere decir que queramos otro Franco. Yo no quiero otro Franco. A mí me echaron del país…”, matiza.
Por otra parte apunta que “yo estoy dispuesto a morir por el matrimonio homosexual, pero no estoy dispuesto a no reírme cada vez que un tío me dice: “Este es mi marido”. Me da la risa tonta. Porque soy un machista, por lo que quieras, por que soy un homófobo”.
ORGULLO GAY
¿Orgullo gay? No sé si aquí es igual: en España es grotesco. Los osos van con las chupas con una raja en el culo ridículo. Que te tiren condones y vaselinas desde las carrozas es ridículo y además reduce la homosexualidad a una sola clase de homosexualidad: la gay. Hay otras formas, como por ejemplo la de la película “Secreto de la montaña”, que fue mucho la de nuestra generación. La homosexualidad no era una cosa que pudiera salir adelante, el amor entre dos personas del mismo sexo no podía salir adelante, había una especie de sentimiento entre los homosexuales de que fracasaríamos, y eso daba una especie de dignidad, y ahora hay una especie de facilidad plana: chico-encuentra-chico y Pedro Zerolo les da la bendición, ay qué bien. Pero no tienen sentido del humor, no se puede hacer una puta broma con la homosexualidad, ¡por favor! Cuando subes a un ascensor y un gay cruza los brazos sobre su pecho exageradamente, es que da mucha risa.
Fuente: Minuto Digital
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