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domingo, 17 de julio de 2011

Los historiadores ya hablan de atraso más que de revisionismo

No se trata de una nueva visión de la Historia, es una recuperación "del pasado más casposo del franquismo", explica el historiador José Luis Ledesma, al referirse a la polémica obra de la Real Academia de la Historia. Este miércoles participará en la mesa extraordinaria '¿Qué historia del
franquismo hay en el Diccionario de la Real Academia?', junto con Ángel Viñas y otros siete historiadores, dentro del curso de verano de El Escorial 75 años después. Una revisión de los mitos del 18 de julio, organizado por la Universidad Complutense.

"Hay un intento de reescritura de la Historia que se ha llamado revisionismo, pero no es así porque la revisión es el trabajo fundamental de los historiadores", cuenta Ledesma. Para el profesor de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, cada generación debe revisar lo escrito por la anterior generación de historiadores. "Lo que hace Pío Moa o César Vidal va muy por detrás de la revisión, es un atraso. Lo más significativo del Diccionario es que autores pseudorevisionistas de este tipo se han colado, y de qué manera, entre las biografías", apunta Ledesma, autor de Los días de llamas de la revolución.

Libertad de cátedra

José Luis Ledesma reconoce la libertad de cátedra a la que todo historiador se ampara, pero sólo "si se fundamenta". "Sólo para una empresa privada uno puede escribir de todo lo que uno quiera. No se puede tolerar cualquier cosa en una empresa pública", aclara, al hilo del debate sobre las libertades de expresión del historiador desatado en el Congreso de los Diputados.

"Que sean sólo unas pocas entradas las erróneas, no rebaja el nivel de desatino. Quienes encargaron sabían a quién encargaban. No hay que llegar a la censura a posteriori, sino a la excelencia académica a priori. No se puede encargar una biografía a cualquiera. La Academia ha quedado tocadísima en su criterio", sentencia Ledesma.

Hilari Raguer también estará en esa mesa extraordinaria de debate. Es autor de algunas de las entradas del Diccionario y asegura que en su trabajo ha tratado de ser objetivo, sin añadir adjetivos ni comentarios vehementes. "Hay artículos en los que se nota la involución histórica. He leído los referentes a personajes eclesiásticos y están todos los que se consideraban mártires de la Guerra Civil. Desde luego, es una marcha atrás en la Historia", explica, y destaca que los represores franquistas más sanguinarios no tienen entradas. Para Fernando Hernández es una "revisión de la vieja propaganda".

Señala que ha leído conceptos como "adeptos a la causa roja", una terminología enterrada desde hace años. "Es una reedición o revitalización de los términos olvidados", para Hernández, el problema ha estado en la atribución de las biografías a un sector muy connota "Alguien debería haber parado estos goles en la RAH, ha habido aquiescencia y desidia", explica el coautor de El desplome de la República, que también participa en El Escorial.

Fuente: Público

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