Aunque no es un gran aficionado taurino, Don Felipe fue el encargado este martes de presidir la tradicional corrida de toros de la Beneficencia en la Plaza de Las Ventas. El Príncipe, que se hace cargo estos días de la agenda de su padre, Don Juan Carlos, recientemente operado de la rodilla, asistió al acto en solitario.
Pese a que no hubo ningún incidente a la entrada, una vez terminó el acto, y a su salida de la plaza, entre aplausos y ovaciones, varias personas concentradas se despidieron del Príncipe con gritos de "¡Viva la República!". Una situación similar a la acaecida a la salida del Palacio de Baluarte de Pamplona, el pasado viernes.
En aquella ocasión, Felipe de Borbón decidió encararse con la mujer que profería los gritos, algo que no le benefició, pues sus palabras a la joven ("Ya tienes tu minuto de gloria") fueron criticadas con dureza en la prensa.
Al margen de lo anecdótico de estos incidentes, comienza a ser habitual, y quizá preocupante para Zarzuela, que los actos presididos por miembros de la Casa Real acaben siempre del mismo modo. El rostro cariacontecido del Príncipe en Las Ventas puso de manifiesto que los gritos republicanos le afectaron notablemente. Esta vez se contuvo, porque no ha sentado bien en palacio el vídeo en el que discutía con la republicana antes mencionada. Pero, si esta es la mecha de una llama interminable, ¿cuánto tiempo más aguantará el tipo?
Fuente: Vanitatis
2 comentarios:
Ya soy una habitual pero es que creo que esto es una posibilidad de manifestación para los que creemos en la necesidad de expresar un sentimiento oculto en algunos, adormilado en otros y,como en mi caso, esperando una oportunidad.
Podrá o no podrá aguantar el tipo (ambicioso es) para mí la cuestión es:¿seremos más, estaremos unidos, iremos a por todas?
¡Ojalá!
Me pareció de una malaeducación, bueno, la que tiene la familia Bourbon, de espetar con rabia "ya tienes tu minuto de gloria". Por supuesto, Felipe, tiene mucho minutos de buena vida y de vivir con nuestro dinero. Y tenemos derecho muchos a manifestar el desacuerdo con esta monarquía. Yo también quiero mi minuto de gloria.
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