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lunes, 2 de abril de 2012

Fascismo y democracia, antes y ahora

Para entrar en antecedentes, deberíamos remontarnos, al menos, a la época de Miguel Primo de Rivera y su dictadura de "90 días", donde el país estaba sumido en un absoluto caos y el tenía la fórmula mágica para arreglarlo. Pactó con el rey Alfonso XIII y tuvo carta blanca para hacer y deshacer a su antojo sin importarle la situación de los ciudadanos. Transcurrido el tiempo que tenía, se percató de que no le era suficiente y se quedó en el poder dictando a unos y a otros sin que se le pudiese decir nada.

Aún a sabiendas del caciquismo existente (antes y ahora) en la zonas rurales con una población bastante importante, con valores democráticos se busco poner fin a todo esto. Gracias a pactos políticos (que ayer y hoy día, la ultraderecha tacharía de complot) entre partidos y asociaciones se pudo avanzar.
La democracia quedó refrendada por la mayoría de los ciudadanos, y con ella llegó la IIª república, un haz de esperanza que prometía cambiar la situación que se vivía en aquellos años de miseria y crisis, y aunque con la CEDA se frenaron muchas políticas de igualdad, no pudieron con el deseo que tenía la gente de prosperar.

La CEDA no pudo, pero si apareció quien lo logró, el fascismo más severo llegó a nuestros hogares con el nombre de Franco, Hitler y Mussolini en una encarnizada y cruenta guerra contra las personas, la libertad y el desarrollo. Poco hay que decir sin entrar a detallar de los años posteriores a la guerra civil, fueron sinónimo de tiranía, represión, asesinatos, censura y un largo etcétera que nos bloqueó como seres humanos.

En España, tras la muerte de Franco se intentó hacer una transición hacia la democracia, quedándonos en el camino. Según la ley de Sucesión de 1947, Juan Carlos de Borbón sería su sucesor, jurando lealtad al 'Movimiento Nacional' y sin romper su promesa ni jurar ante la constición de 1978 nada le inhabilita para desarrollar su cargo de Jefe de Estado. Partidos de clara ideología fascista y/o fundados por miembros afines al gobierno franquista se legalizaron sin problema alguno, dejando entre ver un claro agujero en la "democracia" que se estaba construyendo, y al que todavía no se le ha puesto remedio. Las cúpulas de los servicios de seguridad, por nombrar unos, tampoco fueron desmanteladas, se permitió que todo siguiese igual, como Franco lo dejó, impasible en el tiempo. En los años 80 los asesinatos estaban a la orden del día, y aquellos que cometía la ultraderecha eran archivados, y no fueron pocos, pero quedaba visto cual era el camino que se había seguido y se estaba siguiendo, el mismo que con la dictadura.

Tras el paso de los años, la ultraderecha, que gobernó con el fusil en alto, ha sabido adaptarse a los tiempos que corren, pero no para mejor. Los tiranos de hoy día ya no tienen nombres que puedan entretenerte en las películas de Charles Chaplin, hoy día son más 'chic' y se puede enmarcar en la "cultura" del 'todo vale' con el fin de "no parecer tan malos". Sumidos en un mundo extremadamente superficial donde solo se rigen por modas y telebasura, la gente no tiene conciencia de su entorno real, permitiendo lo imperdonable. El fascismo, que se aprovecha de la ignorancia de la gente, ha encontrado una de sus etapas doradas en esta época, donde los avances son increíbles, tanto para bien como para mal, donde para meter tu mensaje (que han hecho expertos en marketing) solo tengas que hablar frente a una cámara de televisión. Donde con engaños puedas corromper la democracia, o el intento de ella, y aprovechándote de ello recibas carta blanca. Hoy día la legitimidad está en los ciudadanos, pero si son engañados el poder está en tus manos.


Joseph Goebbels, minitro de propaganda de Hitler decía: "Una mentira repetida mil veces se convierte en una realidad", y qué gran razón tenía, pues Hitler ganó en democracia con este método, igual que el PP, que no le preocupa si las cosas que dicen son verdad o no, la cuestión es repetirlo hasta que lo sea.

El tener carta blanca nunca es democrático, ni con Miguel Primo de Rivera, Franco ni Rajoy, aunque el sistema te lo permita y tus herramientas te lo den.

En las dictaduras habidas hasta nuestros días, siempre se han encargado de desprestigiar a la gente que reclamaba lo suyo, de reprimir y coartar sin reparo alguno, y existen numerosas formas para ello, bien sea con multas, pasando por las rejas de prisión, el paredón de fusilamiento o que tus familiares y amigos pasen por lo mismo que tú. Antes y ahora, los hechos son los mismos, lo único que cambia son las formas, que no te costará comparar si le prestas atención a los hechos. Cuando esto sucede, la democracia deja de existir, pues no son compatibles, al igual que la falta de servicios básicos para la población. Tratar de equiparar el "vandalismo" a terrorismo o permitir que los ricos puedan robar de forma impune son algunos ejemplos del neofascismo.

Cuando la democracia cae, la sociedad debe volverla a levantar, con esfuerzo y solidaridad, sin permitir que nos engañen y abusen de nosotros, reclamando lo que es nuestro, lo que es de todos. En nuestras manos está el camino a seguir.

Con los valores de democracia que nos han caracterizado, traeremos la tercera república, la estabilidad y el progreso para nuestro pueblo.

¡Salud y República!

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