El gobierno israelí está impulsando la construcción de millares de viviendas para colonos judíos en los territorios palestinos ocupados, unos planes que se han conocido en las últimas semanas y que se han confirmado en las últimas veinticuatro horas ante la pasividad de la comunidad internacional.
Si el domingo se conocieron los planes para la expansión territorial en el área de Belén, al sur de Jerusalén, este lunes se ha sabido de la existencia de otro “plan estratégico” grandioso para el sur de Hebrón que prevé la construcción de dos parques industriales, un centro médico y un número todavía no especificado, aunque muy significativo, de viviendas.
El plan expansivo del área de Belén lleva años cuajando en la mente de los dirigentes israelíes. El primer ministro Benjamín Netanyahu es quien le dará el último impulso, pero el laborista Ehud Barak, cuando desempeñó esa misma posición, ya allanó el camino para lo que mañana será una realidad. Esta circunstancia revela que no existe ninguna diferencia entre el Likud y los laboristas y que ambos partidos juegan con los europeos y los americanos a su antojo.
Mientras Israel hace lo que quiere al margen de la ley internacional, en el mejor de los casos Washington y Bruselas publican comunicados condenatorios que no valen ni el papel en el que son escritos. Y es esta pasividad la que alienta a los israelíes a seguir por el mismo camino, sabedores de que sus decisiones no serán contestadas en Occidente.
Sería injusto cargar las tintas únicamente sobre la representante de la política exterior europea, Federica Mogherini, puesto que ella es simplemente una tuerca en un montaje que aplica unas políticas que se deciden en Berlín, Londres y París. Los antecesores de Mogherini hicieron lo mismo y los antecesores en Berlín, Londres y París también hicieron lo mismo, es decir, emitir comunicados inútiles.
La política europea con respecto al conjunto de Oriente Próximo es básicamente injusta y muy dañina, desastrosa para los intereses de Europa, no solamente en el caso palestino, sino en relación con el conjunto de la región, y sin embargo, año tras año los burócratas europeos demuestran que lo pueden hacer peor e incrementar sus trágicos resultados.
Las autoridades israelíes, por medio de la llamada “Administración Civil”, que en realidad es una institución militar, están examinando el territorio situado al este de la colonia judía de Efrat, en el bloque de Gush Etzion, en el área de Belén. El objetivo es estatalizar más tierra palestina para expandir el bloque de colonias de Gush Etzion.
Belén, que está superpoblada y encajonada por asentamientos judíos por casi las todas partes, verá pronto que también el sudoeste de la ciudad se convierte en territorio de nuevas colonias que crearán una discontinuidad territorial entre Belén y numerosos pueblos y aldeas palestinas de la zona.
En cuanto al “plan estratégico” para el sur de Hebrón, según lo llaman las autoridades de ocupación, el diario Haaretz ha revelado que a principios de año el entonces director de la “Administración Civil”, el general David Menachem, prometió al presidente del Consejo Regional del Sur de Hebrón, el colono Yochai Damari, la promoción de dos parques industriales, un centro médico y un número indeterminado de viviendas.
La noticia ha saltado mientras estadounidenses y europeos andan llorando por las esquinas porque, además, Israel prepara la demolición del poblado palestino de Sussiya, en la misma zona del sur de Hebrón. Washington y Bruselas siguen fieles a su línea de publicar comunicados condenatorios sin mover un solo dedo para poner fin a la injusticia de la ocupación.
El “plan estratégico” israelí contempla que ya existe un parque industrial para colonos en el sur de Hebrón, concretamente en el asentamiento de Otniel. De lo que ahora se trata es de ampliar la presencia de colonos con el fin de crear más hechos consumados e irreversibles, que es la intención de Israel aprovechando la pasividad internacional. En esa zona viven en la actualidad unos 8.500 colonos diseminados en una quincena de asentamientos, pero esto le parece poco a Netanyahu, de ahí que si el “plan estratégico” sigue adelante pronto habrá muchos más colonos alrededor de la ciudad de Hebrón.
La solución al conflicto entre Israel y los palestinos, es decir la solución al problema de la ocupación, depende exclusivamente de la actitud de Bruselas. Si Federica Mogherini no tiene la capacidad o la voluntad de trabajar en esa línea, y puesto que ha prometido defender los intereses de la UE y no lo hace, le queda el camino de apartarse y presentar su dimisión, ya que claramente no está defendiendo los intereses de la UE.
En lugar de promover la paz, Bruselas está promoviendo la injusticia y la tragedia de millones de palestinos y está incitando a la violencia contra Europa, una política que se lleva adelante con el impulso de los gobiernos de Berlín, Londres y París.
Fuente: Público
martes, 16 de agosto de 2016
Israel acelera los planes para construir millares de viviendas en los territorios palestinos
10:00
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