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miércoles, 20 de enero de 2016

Ochenta y ocho personas murieron por crímenes de odio en España desde 1990

El informe Crímenes de odio: memoria de 25 años de olvido ha elaborado un mapa sobre las 88 víctimas delitos de odio con resultado de muerte en España en los últimos 25 años, con la intención de "criticar y suplir" la falta de un censo público sobre este tipo de delitos, han explicado este martes en rueda de prensa los autores, Miquel Ramos y David Bou.

De entre los 86 casos —dos han sido dobles—, la investigación ha revelado que la mayoría han sido por xenofobia y racismo —37 casos— y, en segundo lugar, por aporofobia, miedo u odio hacia los pobres, un colectivo que es "de los que más sufre y a la vez más invisible", han lamentado.

Un equipo multidisciplinar ha elaborado el listado —que se puede consultar en crimenesdeodio.info y está abierto a aportaciones— a través de las hemerotecas de los medios, y han criticado que en muchos casos no se hizo un seguimiento del recorrido judicial, y mientras ha constatado que 35 terminaron en condena, 4 fueron archivados y 3 absueltos, desconocen el final de 42 casos.

Odio a una característica

El presidente del Movimiento Contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, ha señalado que el Estado y la sociedad civil tienen una "asignatura pendiente" con las víctimas, y ha pedido una ley integral contra los crímenes de odio que proteja a las víctimas. "No son delitos de sentimiento, son de selección de la víctima por una característica concreta", ha lamentado Ibarra, y ha añadido que atacan a la dignidad.

La abogada penalista Laia Serra ha afirmado que un delito de odio no afecta solo a la víctima, sino al colectivo: "Señala la subyugación del colectivo dentro de la sociedad y manda el mensaje de que no se tendrá igualdad efectiva".

Investigación y formación

La abogada ha pedido que se hagan investigaciones rápidas y efectivas de estos delitos, que se recojan en un censo los datos relativos, para poder progresar a nivel penal y de políticas públicas sobre las agresiones de odio, que han calculado en 4.000 al año, y se estima que solo el 10% se dan a conocer.

Serra ha apuntado que el Estado "tiene una resistencia ideológica innegable" a reconocer este tipo de delitos, retrasando la aplicación de reglamentos internacionales, y ha pedido más formación para investigadores y jueces, tras calificar de lamentables algunas investigaciones.

La raíz de los crímenes

Los autores han apuntado que un crimen de odio es el final del recorrido: "Los prejuicios se aprenden con discursos de odio, que son la raíz del problema" y habría que cortarla, y han apuntado que hay organizaciones en España que se dedican a difundir este discurso.

La mayoría de los agresores tienen entre 16 y 21 años, por lo que existen "problemas de fondo que van a la raíz de cualquier sociedad: la educación", han reflexionado los autores, a lo que Serra ha añadido que faltan medidas preventivas.

Las víctimas son personas sin hogar, transexuales, homosexuales, inmigrantes, prostitutas, personas de un determinado equipo de fútbol, antirracistas, antifascistas, y cualquier persona que tenga una característica diferente, han relatado.

Protección de las víctimas

A la presentación ha asistido Mavi Muñoz, madre de Carlos Palomino, un menor que fue asesinado por discriminación ideológica por un militar de ultraderecha en el metro de Madrid, que ha lamentado la criminalización de las víctimas y ha pedido "protección y reconocimiento".

Muñoz ha pedido la ilegalización de la ultraderecha y ha criticado la existencia de un "terrorismo neonazi que el Estado no reconoce, pero ampara", a lo que Serra ha añadido que grandes penalistas del país se alarmaron cuando se habló de contemplar los delitos de odio en el Código Penal.

Fuente: 20 Minutos

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