El gerente del PP entre julio de 2009 y abril de 2010, Cristóbal Paez, ha reconocido esta mañana ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz los pagos en dinero negro por un total de 12.000 euros que figuran en la contabilidad secreta de su antecesor en el cargo, Luis Bárcenas, según fuentes judiciales. Se trata de una nueva confirmación de la veracidad de los documentos manuscritos de Bárcenas publicados por EL PAÍS el pasado 31 de enero, y cuyos apuntes han sido corroborados, entre otros por el presidente del Senado, Pío García Escudero, y los políticos navarros Jaime Ignacio del Burgo y Calixto Ayesa.
El reconocimiento de los pagos ha sido uno de los puntos fundamentales de la declaración de Páez, que dejó el partido cuando Mariano Rajoy nombró tesorero al actual presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría. Tras su interrogatorio, el juez ha tomado declaración al exsecretario general del PP Francisco Álvarez-Cascos y posteriormente a su sucesor Javier Arenas. Cascos ha acabado de testificar sobre las cuatro de la tarde, después de permanecer dos horas ante el juez Ruz. El exsecretario general ha abandonado la Audiencia Nacional sin hacer ningún tipo de declaraciones.
La contabilidad manuscrita del exgerente y extesorero Luis Bárcenas ha causado un terremoto de incalculables dimensiones en la vida política española. Nunca antes, -ni cuando los juzgados de instrucción de Valencia investigaban el caso Naseiro sobre supuesta financiación ilegal del partido-, tres personas con la máxima responsabilidad en la cúpula se veían obligadas a declarar como testigos sobre supuesta la financiación ilegal de la formación política con más militantes de España.
Entre hoy y mañana lo harán los exsecretarios Francisco Álvarez Cascos, Javier Arenas y la actual secretaria María Dolores de Cospedal. El primero en acudir a la Audiencia Nacional, citado a las once y media, ha sido Cascos (hoy desvinculado de la formación), que fue responsable de la vida interna del PP entre 1989 y 1999. El político asturiano y exministro de Fomento ha llegado a la sede judicial pocos minutos después de las 11 de la mañana. Su entrada en la Audiencia Nacional, a pie por la calle Prim, ha estado jalonada por los gritos e insultos de aproximadamente medio centenar de manifestantes ubicados detrás de una valla en la acera contraria. Sobre las 12.20, ha llegado al edificio judicial, en este caso en un Skoda oficial, el vicesecretario de política autonómica del PP, Javier Arenas. El número 3 del partido ha sido también duramente increpado por los manifestantes.
Previamente fueron interrogados, también en calidad de testigos, el empleado de caja del PP Antonio Ortiz y el antiguo contable de la formación conservadora Cristóbal Páez. El interés de sus declaraciones estriba en si pueden confirmar las supuestas maniobras contables de Bárcenas para ocultar las donaciones de los empresarios que superaban los límites y prohibiciones de la Ley de Financiación de Partidos. Ortiz ha comenzado su declaración sobre las 10.15 y ha terminado aproximadamente una hora después, momento en el que ha entrado Páez, que ha finalizado a las 13.30.
Antes de iniciar la sesión, el juez instructor, Pablo Ruz, ha requisado a los abogados de las diferentes partes los teléfonos y demás dispositivos electrónicos para evitar que filtren al exterior el contenido de los interrogatorios, como ya ocurrió el pasado 15 de julio. También ha rechazado que el cajero Ortiz declarara con la asistencia de un abogado del Partido Popular. La formación conservadora ha sido expulsada de la acusación popular tanto en el caso Gürtel como en la pieza separada relativa a los llamados papeles de Bárcenas.
El mandato de Cascos arranca en pleno caso Naseiro y un año antes de que Bárcenas, entonces recién nombrado gerente, comenzase a anotar en una contabilidad paralela pagos y cobros de supuestas comisiones irregulares de empresas y particulares. El de Cascos es uno de los periodos dorados de la formación, tras la primera victoria electoral de José María Aznar en 1996. Cuatro años antes, Bárcenas comienza a elaborar su minuciosa contabilidad paralela con el detalle por meses de entregas en dinero no declarado y pagos que diversas personas realizan al partido. Entre los supuestos donantes que investiga el juez figuran nombres como “Pepe C.”, “Paco” “Sant. L.”, “López H.” o “Gre (Rafael P.)”. Por encima de todos aparece un apellido, “Piñeiro”, que durante el primer lustro de Cascos en la secretaría general realiza la mayoría de las entregas (67 millones de pesetas, 403.000 euros).
Desde 1997 la contabilidad b del entonces gerente contiene referencias de ingresos procedentes del partido en “Galicia”, de nombres como “Moreno” o “Lucio”. Hay un apunte de 21 millones de pesetas (126.000 euros) de “Crespo”. El considerado número dos de la trama Gürtel, Pablo Crespo, admitió ante el juez la veracidad de este apunte de 21 millones de pesetas (126.000 euros) en 1999. Lo explicó como la devolución de un crédito del PP nacional al partido en Galicia, del que él era secretario de Organización, a través del entonces tesorero Álvaro Lapuerta. Precisamente fue Álvaro Lapuerta el encargado de recomponer la estructura contable del partido cuando el proceso judicial contra Naseiro estaba abierto y en el arranque del mandato de Francisco Álvarez Cascos como máximo responsable de la vida interna del Partido Popular. Lapuerta y Bárcenas dependían orgánicamente de la gerencia. Bárcenas apunta además en su cuaderno supuestos abonos a Cascos que, entre 1990 y 2004 suman 421.693 euros en pagos trimestrales o semestrales atribuidos a “Paco A. C., P. A. C., P. A., Paco”, o anotados por su apellido, “Cascos”.
La instrucción judicial ha verificado que una parte de estas donaciones ilegales acabaron pasando por donativos anónimos de manera troceada en una sucursal del Banco de Victoria situada bajo la sede de Génova 13. Siempre en cantidades inferiores a 60.000 euros para eludir las limitaciones de la Ley de Financiación de Partidos vigente. La investigación trata de averiguar en qué medida los secretarios generales tenían conocimiento de estos supuestos ingresos.
Javier Arenas, que está citado una hora después de Cascos en la Audiencia, cogió el testigo de la secretaría general en 1999, en la antesala de la segunda victoria electoral de Aznar. De nuevo nombres como “Lucio”, “Moreno de A. de la P.” o “Crespo”, vuelven a aparecer en la contabilidad b de Bárcenas –que el juez cree acreditada, igual que varios apuntes-, como donantes de cantidades de entre un millón de pesetas (6.000 euros) y cinco millones (30.000 euros). Paralelamente Bárcenas apunta pagos trimestrales o semestrales a dirigentes como “Jaime Mayor”, “Mariano”, “Rodrigo R.” o el propio “Paco Álv.-Cascos”. También referencias a “Liqu. Javier” o “Extra Javier” o “A Javier Arenas”, con apuntes de distintas cantidades que suman 234.320 euros entre 1990 y 2011.
Mañana le tocará el turno a la actual secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que ha declinado la posibilidad de declarar en su despacho de la Junta de Castilla-La Mancha como le ofreció el juez “por respeto”, a la institución que preside. Acudirá a los juzgados para explicar cuál es el alcance de su relación con el extesorero, a quien el partido tuvo en nómina hasta el 31 de enero de 2013, y para aclarar otro asunto apuntado por el extesorero. Bárcenas aseguró al juez que recibió en 2006 de Sacyr una comisión ilegal de 200.000 euros a cambio de conseguir el contrato de basuras del Ayuntamiento de Toledo, y que entregó ese dinero a José Ángel Cañas, gerente del partido en Castilla-La Mancha. Este último firmó un recibí que Bárcenas entregó en la Audiencia Nacional. Cospedal, que no ha negado la existencia de ese documento, estaría al corriente de esa operación, según el extesorero.
Fuente: El país
martes, 13 de agosto de 2013
El exgerente Cristóbal Páez reconoce que cobró de la caja b de Bárcenas
18:00
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