Otro incumplimiento más en la cuenta de resultados de Mariano Rajoy. Prometió que no subiría impuestos y los subió, prometió que no abarataría el despido y lo hizo, prometió que no implantaría el copago y que no haría recortes en sanidad y educación y los aprobó, prometió que no aumentaría el IVA y ya parece clarísimo que sí lo hará, y no tardando. Y prometió, desde el mismo debate de investidura, que su Gobierno no crearía un banco malo y todo indica que acabará sucumbiendo.
Luis de Guindos lo ha reconocido esta mañana ante la Comisión de Economía del Congreso. Primero, casi de rondón, cuando explicaba a los diputados las condiciones que se impondrán a la banca a cambio del rescate financiero. Habrá planes de reestructuración para las entidades que necesiten ayuda y "condiciones horizontales" para todo el sector. Y ahí el ministro ha encajado cuál es la demanda de Bruselas: que la banca que precise de inyecciones de capital será obligada a segregar de sus balances los activos problemáticos. Después, De Guindos ha sido incluso más explícito a respuesta de los grupos de la oposición y de los periodistas: la Comisión Europea ha expresado su clara "preferencia" de que se ponga en marcha un mecanismo que recuerda a un banco malo que acumule todos los activos infectados, y el Ejecutivo piensa que no es mala solución. Justo lo contrario de lo que decía hasta ahora. "Es una de las posibles alternativas, aunque puede que no sea la única. Tiene dos ventajas. La primera es que deja absolutamente diáfano, claro, el balance de los bancos que ya han separado los activos [con problemas], y la segunda es que permite a los bancos centrarse en su actividad fundamental, que es conseguir depósitos y dar crédito, y no dedicarse a la gestión inmobiliaria. Por tanto, es una alternativa interesante, a analizar, que habrá que concretar, pero por el momento no hay nada definitivo".
El Gobierno, por tanto, se ve empujado a rectificar otra vez. El Ejecutivo, en su segunda reforma financiera -que ahora tramita el Parlamento- había previsto la creación de unas sociedades de inversión inmobiliaria, sociedades externas donde las entidades podían traspasar sus activos tóxicos. Las podían constituir de forma voluntaria, en solitario o asociándose a otras entidades. La diferencia estriba, según traslucen las palabras del ministro hoy y confirman fuentes de Economía, en que ahora previsiblemente se centralizarían en un único banco malo todos los activos dañados del sector financiero. Dicho de otro modo, se trata de ir un paso más allá de que hasta ahora había plasmado el Gobierno en su reforma financiera.
El ministro, por lo demás, no ha dado muchos más detalles de los ya conocidos respecto al rescate financiero. Ha señalado que aún se siguen negociando las condiciones, "específicas" para el sector, sin que se impongan más ajustes macroeconómicos. Lo cierto es que esa insistencia en que no habrá más recortes, sostenida desde el Ejecutivo desde el primer día, contradice tanto las afirmaciones llegadas desde Bruselas como las acciones del mismo Gobierno, que ayer mismo tuvo que reconocer que se plantea en serio una subida del IVA de los artículos de primera necesidad del 8% al 18%. De Guindos tampoco ha avanzado qué cantidad se pedirá, aunque los 100.000 millones de euros que ofreció el Eurogrupo permiten un "margen de maniobra enorme", un colchón más que suficiente que despejará cualquier "sombra de duda" sobre las entidades españolas.Tampoco ha aclarado a través de qué mecanismo llegará la ayuda, si el fondo de rescate temporal o el permanente, el MEDE. Sólo ha recalcado que las condiciones del préstamo, en cualquier caso, serán "mucho más favorables" que las que exige actualmente el mercado.
Por lo demás, el Gobierno vuelve a vender el rescate como la panacea: "Este préstamo incrementa la radio de deuda/PIB, pero también tiene unos beneficios: tranquiliza y produce una situación de mayor confianza y credibilidad. Un sistema bien apuntalado es fundamental". La línea de crédito, ha abundado De Guindos, abocará a un sector financiero "más pequeño, pero más solvente, y que ponga las bases para la recuperación de la economía española".
Fuente: Público
martes, 26 de junio de 2012
El Gobierno cede a las pretensiones de Bruselas y acepta un banco malo
18:00
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